miércoles, 25 de diciembre de 2013

Carrera de Navidad de Cártama


Con los compañeros del Club

Con esta carrera, termino este periodo de reencuentro con la competición tras mi larga ausencia. Han sido dos medias maratones y dos diez miles en tres meses, con otros tres previos de adaptación, o habría que decir: de readaptación, a la carrera.

La crónica de la misma:

“Tras recoger el dorsal, media horita de trote cual lagartos, esto es: al solecito, que con el frasquete mañanero es de agradecer por todos. Tras los saludos con los compañeros y amigos, el calentamiento, y las fotos de rigor, nos dirigimos a la línea de salida. El pistoletazo sonó a las 11:30, minuto más o menos. Comienzo a un ritmo alto, arrastrado por la velocidad marcada por los corredores que me rodean, comprobando en el kilómetro uno que voy un poco por debajo de cuatro minutos. El ritmo lo veo soportable, de momento; a la vista tengo a J. Juan Buscató (gran atleta compañero del Club), me pego a él: lleva el mismo ritmo y se le ve con fuerzas. Tras bajar a la estación de Cártama, subimos buscando el pueblo. En el kilómetro cuatro compruebo el crono: 11:46.
Estirando antes de la carrera.
 Acaban de comenzar las cuestas y sigo, junto a Juan, por debajo de cuatro minutos el kilómetro, pero el perfil, y el ritmo, comienza a pasarme factura. Hace más de dos años que no entreno, ni compito, en cuestas y empiezo a sentir malas sensaciones, así que en el cuatro y medio dejo ir a Juan; bajo el ritmo, se trata ya de guardar fuerzas para las cuestas más pronunciadas que faltan para llegar al pueblo. Así que desde el cinco hasta el ocho, prácticamente, subí como buenamente pude. Se me ha hecho muy duro. Por suerte, en la bajada, que iba a hacer  trotando, me pasa Jesús (otro excelente atleta compañero del Playas de Málaga) y cojo su estela, que me lleva hasta la meta a buen ritmo. Mi tiempo en línea, a falta del oficial, ha sido de 44:34. Pese ha realizar algo más de tiempo que en la del Corte Inglés, el esfuerzo ha sido mucho mayor, por el perfil de la prueba.”
Llegada a meta

Ahora toca un periodo de descanso, activo, claro. Serán quince días donde no entrenare. Alguna que otra salida a trotar, y algo de natación. Volveré a retomar los entrenos a mitad de enero. En este caso será la preparación de la Media Maratón de Málaga 2014.


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viernes, 13 de diciembre de 2013

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Son los metros a recorrer por aquel que se enfrenta a una maratón.

Parte de los participantes del Club Playas de Málaga
El pasado domingo se ha vuelta a celebrar la  Maratón de Málaga, de cuya primera edición tengo muy malos recuerdos: En su preparación fue donde sufrí la primera rotura de menisco, y el encadenamiento de las sucesivas lesiones que me han mantenido fuera de competición durante dos años.

El Presi bien acompañado
Pese a no participar, he vivido su preparación en carne ajena. He seguido los entrenos, lesiones, precompeticiones, alegrías y desvelos de amigos y compañeros durante cuatro meses, que es, aproximadamente, la duración de la preparación para la prueba.

Chema a buen ritmo.





Pasada esta parte durísima, llegó el gran día para ellos, y con él un estado de nervios que puede sentir como si fuese yo el que calentaba en los alrededores de la salida. Ese momento donde todas las dudas están presentes, y sientes que vas a liberarte de algo. Que grato recuerdo.

Emilio tras cruzar la meta
  Personalmente siento una admiración por todos los que se enfrentan a esta prueba. No soy capaz de explicarla. Creo que para saber lo que significa el enfrentarse a una maratón hay que haber realizado una. No se comparar con nada el sufrimiento que se siente, y la inconmensurable alegría al cruzar la meta. Quizás la mejor manera de verlo es mirar a las caras de los corredores que atraviesan la meta. Caras de sufrimiento, de dolor y agotamiento; a la vez que las lágrimas corren por las mejillas. Aunque es mucho peor, más desolador y doloroso, mirar el rostro de los que no pueden cruzarla. Desde aquí unas palabras de ánimo. El trabajo que habéis realizado, si ha merecido la pena. El que algo haya fallado en el último momento no desmerece, en absoluto, todo el trabajo realizado. Ahí queda el reto. El mío, el poder correrla alguna vez.

Mi enhorabuena desde aquí a todos.

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domingo, 1 de diciembre de 2013

Ya está aquí.




Ya está aquí. He vuelto a sentir; o tendría que decir: no sentirlas. No sentir nada. Cuando corremos y lo que se siente es el aire en la cara, el frío, el sudor que resbala por la frente, en mi caso muy pronunciada. Oyes los coches, las charlas de los paseantes que adelantes, una moto que arranca, el respirar de otro corredor con el que te cruzas. Ves un cartón tirado en la acera, el niño que se suelta de la mano del padre, los abuelos que pasean, esa rama puñetera que no han podado, y que tanto afea el árbol. Vas corriendo y eres consciente de todo que te rodea. “Llevo buen ritmo, aunque no he mirado el cronómetro, lo se, lo siento. No necesito mirar el reloj. Sólo corro sin preocuparme del ritmo, ni del los tiempos, ni de la cantidad de vueltas a dar. ¿Para qué? Se que voy bien. Siento que voy bien.”

Ya está aquí. He vuelto a sentir que estoy corriendo. No tengo la impresión de estar haciendo  un deporte, o de entrenar para mejorar nada. No hace falta. Sencillamente corro a mi ritmo, a ese ritmo donde lo único que sientes es que vas rápido, que no sientes dolores, ni pinchazos, escozores, o molestias de ningún tipo. Si paras es porque quieres: has salida a correr doce kilómetros, no más. Paras y a casa, porque estaba programado así, pero podías estar “horas” así, corriendo.

Ya está aquí. He vuelto a “no” sentir dolor alguno. A estar pendiente de lo que me rodea sin ser consciente de molestia alguna. Es ese ritmo tan buscado en un maratón. Ritmo de crucero. Ir a piñón fijo durante… el tiempo que haga falta.

Ayer doce kilómetros en cincuenta y cuatro minutos. Sin dolor en las rodillas, ni molestias en el ligamento externo, ni escozor en la uña casi perdida del pie, ni en la lumbar, ni en la… “Que bonitos están dejando los árboles del barrio con la poda. Ese abuelo me señala cada vez que paso delante de él ¿Qué le estará diciendo al otro de mí? Mira que le está grande el kimono al chavalillo…”

Ya está aquí ese ritmo.

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domingo, 24 de noviembre de 2013

Media Maratón de Cordoba 2013




Una de las clásicas en mi calendario. La verdad es que no se muy bien por que. No es precisamente donde mejores tiempos he hecho, pero la ciudad de Córdoba… me gusta. Su casco antiguo huele a historia Andaluza, y pasear por su judería me hace sumergirme, y  tocar, lo que fue mi tierra hace unos siglos. Casi puedo ver a sus artesanos por sus calles y plazuelas trabajando. Córdoba era una mezcla de credos, de razas, en armonía y respeto. La flor y nata de la cultura y el saber estaban aquí. 

Calentando al Sol

Pero a lo que íba, que de lo que  se trata es de hablar de deporte. He vuelto a correr la Media Maratón de Córdoba. El entreno realizado, apenas una continuación de lo que venía realizando como recuperación de las rodillas: tres o cuatro salidas semanales, con un día de calidad, dos de ritmo controlado, y una tirada larga. El resultado: 1:35:15.
 

En la llegada
La mañana se despertó con "los grajos volando bajo";  ya se sabe “cuando el grajo vuela bajo…”, pues eso, apenas dos graditos; aunque sin ninguna nube, por lo que el sol se dejaba ver. De hecho a la hora de calentar, parecíamos todos los corredores lagartos: aglomeraciones en las rectas donde lucía el sol, y ni un alma en la sombra. Como casi siempre me pasa, cuando me metí en el cajón de salida, faltaba apenas cinco minutos para que dieran la salida. En esta ocasión no fue por despiste, no quería enfriarme. Así que cuando entré, ya estaba la mayoría de los corredores en su lugar, y yo, casi al final del todo. Consecuencia: tarde casi dos minutos en salir despues del pistoletazo. Además, los cinco primeros kilómetros sin poder coger el ritmo de carrera, y sufriendo las consabida “esquiva” de corredores de charla fácil y ritmo tranquilo. Lo mejor de esto, como dice mi compañero Juan Botella, es que vas adelantado casi todo el recorrido a corredores. El globo que marcaba las dos horas lo pude adelantar en el kilómetro cuatro. El de la hora y cincuenta minutos en el siete; y el de la hora y cuarenta en el doce y medio.

Las dos "reporteras"
Aunque el tiempo hecho es un minuto más que en la Media de Cardiff, desde el kilómetro seis, aproximadamente, estuve corriendo a un ritmo superior de la media hecha en esta carrera, ya que los primeros kilómetros apenas si podía ir a cinco minutos, así que el resto me han salido entre 4:15 y 4:20; por lo que me siento más que satisfecho con la carrera realizada.

Como siempre, además de disfrutar de esta carrera, he disfrutado de un buen paseo por la ciudad, y de la compañía de mis fieles seguidoras, y reporteras gráficas (aunque este año me ha fallado una), además de una más que merecida pitanza en “El caballo loco”, claro.


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sábado, 16 de noviembre de 2013

Andar para quemar calorias.





El andar es un deporte que todo el mundo puede practicar. Nuestro cuerpo es una máquina que está hecha para andar. El proceso muscular, cuando uno camina, compete a todos los grandes grupos musculares, sobre todo al más importante, el corazón. Es el deporte  más aconsejado por los médicos, además el andar reduce el dolor de muchas enfermedades musculares y de huesos; además de quemar calorías, por lo que  te ayuda a mantener la línea. Media hora de caminata, a un ritmo medio de 6 kilómetros a la hora quema unas 180 calorías. Si subimos a 7 kilómetros por hora entre 200 y 240.

Si vas a comenzar a andar, y tu forma física no es la adecuada: comienza a un ritmo tranquilo, que te permita completar entre cuarenta minutos y una hora. Si al principio lo necesitas, descansa unos minutos cada quince de marcha. Realiza cuatro o cinco salidas semanales.

Si ya has pasado el periodo de adaptación, o tu forma física te lo permite: anda a buen ritmo, intercalándolo con ritmos inferiores para recuperar, pero nunca parándote. Siempre un tiempo mínimo de cuarenta minutos; aunque lo ideal es una hora. Lo ideal son cinco salidas semanales.

Cuatro generaciones de deportistas. Carrera de la Mujer de Málaga 2011
Para los que corréis, recordar que: Caminar en tus días sin carrera es un método eficiente para quemar grasas e incrementar el flujo de sangre que ayuda a la recuperación muscular. Es, además, una buena forma de romper con la rutina, prevenir lesiones y disfrutar de más tiempo  con amigos o familia que quizá no corran (¡todavía!). Andar una hora a un buen ritmo quema la mitad de calorías que si se corre  el mismo tiempo a un ritmo medio, y las mismas que un paseo en bicicleta.

Para los que aun dudéis sobre este deporte:

Está demostrado que el andar de forma regular fortalece el corazón. Mejora la resistencia cardiorrespiratoria. Reduce el riesgo de cáncer de mama y de colon. Reduce el riesgo de los accidentes cerebro vasculares. Es beneficioso contra la diabetes. Mejora el estado de ánimo. Se evita la obesidad. Mejora el sueño.

No lo dudes más, ponte unas zapatillas cómodas y sal a andar. 

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miércoles, 6 de noviembre de 2013

El Corte Inglés 2013 (Carrera Urbana Ciudad de Málaga)

Secuencia de entrada en meta del  Playas de Málaga (aunque hay uno que...)


Momento de la salida
Se volvió a celebrar esta carrera, ya clásica e imprescindible, en mi querida ciudad. La Carrera Urbana Ciudad de Málaga, en su XXXV edición (para los de ciencias: "En su x*3+5 tirada" ), ha reunido a más de 16.000 corredores, lo que la hace una prueba para no perderse.

Personalmente me ha servido para reafirmarme, y confirmar mi “vuelta”. Aunque el tiempo no ha sido como para tirar cohetes, claro. El objetivo era demostrarme que estoy recuperándome satisfactoriamente de las operaciones, y que la Media Maratón hecha hace pocas semanas no ha sido un espejismo, ni una casualidad. 
3 x Antonio + don King

Me ha costado bastante hacer esos 43:50. Y es que pese a hacer los primero cinco kilómetros en 21 minutos, la cuestecita de Fuente Olletas se dejó sentir en mis piernas. Está claro que, aun en camino, todavía queda trecho por hacer antes de poder plantearme marcas de antaño. De aquí en adelante quedan dos tareas: ir mejorando, e ir  conservando la capacidad de seguir corriendo; que será lo más complicado.

Como decía al comienzo, lo mejor de esta carrera es el reencuentro con los amigos y compañeros, y hubo charlas, bromas, fotos, y saludos; y aunque eché en falta a muchos compañeros y amigos, fueron más los que asistieron. En la próxima espero estén todos.
 
 
 
Club Playas de Málaga: Los primeros para entrar al  Banco
 
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martes, 22 de octubre de 2013

Motivación



Siempre hay momentos y sensaciones que se tienen grabados en la mente, y uno de ellos lo revivo cada vez que veo estas imágenes. Me parece que fue ayer, y han pasado ya casi treinta años. Eran los juegos olímpicos de los Ángeles, y la prueba era la final femenina de maratón.

Cuando estaba viendo las imágenes sentí, sin comprender por que, como se me erizaban los bellos y se me cogía un nudo en la garganta.

“Seguramente esa chica no estaba preparada para correr”, pensaba yo, “si llega en esas condiciones es que de deportista tiene poco”. “Además, ¿Por qué esa determinación en terminar de cualquier manera? ¿Merece la pena? Lo dudo”.

Pese a estos pensamientos, tan lógicos para mí que no realizaba deporte prácticamente desde la escuela primaria, me dije que algún día haría yo también un maratón. Total, comenzar a correr algunos días a la semana, y listo. Además, ya lo había hecho antes: fue a finales de los años setenta, corrí la primera “maratón” de El Corte Inglés; y aunque me tuve que parar tres veces, conseguí terminar los seis kilómetros y medio de la que constaba la prueba en su primera edición; y prácticamente sin entrenar, apenas cuatro o cinco salidas en fines de semana (desde calle Gaucín a la playa de la Misericordia, mil setecientos metros).
Mapoma 2003

Diecinueve años más tarde, y tras dos de adaptación, y seis meses de entreno específico, conseguí terminar mi primer maratón, en este caso algo más largito que “el del Corte Inglés”, fue el Mapoma.

Vuelvo a mirar las imágenes, y el nudo en la garganta se repite.

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miércoles, 9 de octubre de 2013

Cronica de la Media Maratón de Cardiff



En linea de salida

Amanece sin nubes despues de una semana de lluvia casi a diario, y con unos agradables doce grados. La noche la pasé algo intranquila: los nervios de volver a competir despues de tanto tiempo, pero tras el desayuno me noto totalmente tranquilo. No tengo molestias de ningún tipo en las rodillas, y  tan solo me queda, como rastro de estos dos meses y pico largos de entrenamiento que he realizado cara a esta medía maratón, una uña negra en el pie que no se termina de caer.

Apenas un par de kilómetros de trote me sirven como  calentamiento antes de dirigirme a la zona reservada para salir los corredores federados. El ambiente en la salida y alrededores es impresiona, me recuerda al que suele haber en el Mapoma, aunque, en mi opinión, mejor organizado: servicios por todos lados, zonas de calentamiento amplias y con acceso directo a las distintas entradas para incorporarse a la salida de carrera, mucho voluntario informando (en guirilés, claro); el caso es que somos  alrededor de diecinueve mil atletas y no hay aglomeraciones en ningún lado.

Nuestra farola junto al castillo de Cardiff
A las nueve menos cinco dan la salida a los corredores en sillas de ruedas, para, cinco minutos despues, hacer lo propio con el resto del personal. Amplias avenidas, cortadas totalmente al tráfico en ambos sentidos, nos esperan, y hacen que en ningún momento cueste trabajo buscar tu ritmo desde el principio. Una semana antes recibieron, los vecinos afectados directamente por el paso de la carrera, una carta con planos del recorrido de la misma, zonas alternativas para vehículos, y modificación de los trazados del trasporte público. Además llevan un mes informando por radio, prensa, carteles publicitarios, y televisión, de la prueba y el recorrido; el resultado, en ningún momento se ven coches, ni en el trazado ni en las calles aledañas. La gente sale a las calles a disfrutar del evento, los pub de los barrios montan puestos exteriores de comida rápida por todo el recorrido; el asilo que queda vacío, ya que les han montado unas “gradas” en la puerta a los abuelos para que puedan desfrutar del ambiente deportivo; los chiquillos intentan chocar las manos con los corredores… Es lo que toca ese día: una carrera pasa por el barrio, y no se deja pasar la ocasión de disfrutar gratis de algo que les costaría un dineral ver en el estadio de la ciudad. Como envidio esta mentalidad.

El público... tan querido por mi
En fin, en cuanto a mis expectativas, en este reencuentro de carrera, eran simples: conseguir terminar la media en un tiempo aproximado de una hora cuarenta y cinco minutos. La estrategia: sigo los consejos de mi compañero de equipo Fali me dio hablando de un maratón, aunque en este caso aplicados a una media maratón: “Mirar el reloj sólo cada cinco kilómetros, el resto del tiempo olvídate de él. Intentando que cada cinco mil sea mas rápido que el anterior”. Así que mi intención es salir a cinco minutos el kilómetro, controlando el tiempo cada cinco kilómetros, hacer el segundo cinco mil al mismo ritmo que el primero, para apretar, si las fuerzas acompañan, en el tercero, intentando mantener en el cuarto cinco mil el mismo ritmo. En caso de que las rodillas “dijeran” algo en contra: mantener los cinco minutos por kilómetros el máximo tiempo posible, para luego bajar hasta un ritmo que me permitiera, al menos, terminar.

Había alguna subid que otra.
En el primer cinco mil miro el crono por primera vez: veintidós minutos, ¡sorpresa! voy a cuatro veinticinco el kilómetro, y con buenas sensaciones. Lo prometido es deuda, así que mantengo el ritmo. En el diez mil vuelvo a mirar el cronómetro: cuarenta y cuatro minutos; sigo clavando el ritmo. Ya si voy notando el esfuerzo, pero ¡que leches, esto es una competición, no un entreno!; es ahora cuando hay que sufrir un poco, así que: a por otro cinco mil metros por debajo de cuatro treinta. A los quince kilómetros el reloj marca una hora ocho minutos; me siento con fuerzas, tanto en las piernas como en la cabeza; así que a partir de ahí se acabó mirar más el crono, lo que tengo que hacer es apretar el paso todo el tiempo que pude. Pese a que picaba algo hacia arriba el terreno, en los últimos siete kilómetros, terminé en una hora treinta y cuatro minutos, a menos de cuatro treinta el kilómetro. Terminé con sensaciones muy buenas. Disfrutando todo el recorrido, tanto de la carrera, como de los paisajes por donde pasaba la prueba.


En resumidas cuentas, estoy más que contento con el tiempo realizado. Todavía no me hago a la idea, y creo que me merece un análisis profundo de la nueva, digamos, “filosofía de entreno” que he tomado. Aunque seguro que han sido varios los motivos que han  hecho posible esta marca tan inesperada, dejaré el análisis para otra ocasión. Baste decir ahora, que una parte muy importante  la  tiene el estado de ánimo; el cual, con el reencuentro familiar, ha estado por las nubes.


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lunes, 30 de septiembre de 2013

En capilla


Pequeña capilla en el puerto de Cardiff

Ya estoy en capilla. Prácticamente terminado el plan que me marqué para volver a competir en la distancia de media maratón, sólo quedan dos tiradas previas a la competición: una con cambios de ritmos, y otra de carrera lenta; y el próximo domingo veremos el resultado.
El plan de entreno, como ya comenté, estaba diseñado para volver a la distancia, y en un tiempo, digamos, consecuente con mi estado físico actual, esto es: el haber pasado por dos operaciones de rodillas. Como nos pasa casi siempre, lo he intentado seguir al pie de la letra; imposible, claro. Varias pequeñas lesiones, ya comentadas en entradas anteriores, me han hecho “petardear” algún día que otro; además de un parón parcial de casi una semana por unas molestias algo mas fuerte de lo normal.

Tanto los días de carrera a ritmo, como los días de calidad han ido funcionando, y evolucionando en positivo, en cambio las tiradas largas no han funcionado como preveía: Comenzaron con 12 kilómetros a un ritmo de 5:44 el kilómetro en el mes de julio. A primeros de agosto eran 16 kilómetros, y ya el ritmo andaba por 5:26. Pero a mediados de agosto: parón y vuelta a empezar. Retomo con 12 km. a casi seis minutos por kilómetro. En la última tirada de ese mes volví a recuperar algo de “fuelle”: 16 km. a 5:30. El mes de septiembre ha traído algo más de fresco, y con la bajada de temperatura he podido progresar con respecto a los tiempos medios;  tres tiradas de 18 kilómetros a: 5:42, 5:30, y 5:27 el kilómetro de media. La última tirada larga, hecha ayer, fueron 16 kilómetros a 5:16.

De nuevo luciré dorsal
Con la salida de hoy (12 kilómetros en 59 minutos), se terminan las tiradas a ritmo controlado. La próxima tirada será en Cardiff, a mitad de esta semana;  donde haré doce kilómetros (4 km + 6 x 1000 + 2 km), el viernes seis kilómetros lentos, y el domingo la media maratón de Cardiff. La quiero terminar en   1: 45:00, es la idea que tenía desde un principio, y tanto las series como los ritmos controlados los he trabajado para llevar un ritmo medio de 5 minutos el kilómetro. En cualquier caso, espero no hacer más de 1:50:00, que sería al ritmo al que ando ahora mismo, aunque en una carrera larga pueden pasar muchas cosas; también buenas, claro.


El trabajo esta hecho, ahora toca disfrutar.





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domingo, 22 de septiembre de 2013

Alta deportiva




Ya tengo el alta deportiva. He pasado por la consulta del cirujano que anduvo trasteando en mis “entresijos”, y considera que estoy  recuperado de la operación. Ya lo sospechaba, no puede ser de otra manera, llevo dos meses intentando  correr como Dios manda, y pese a no llegar a mis pretensiones, que suelen ser siempre más optimistas que la realidad; en el intento va la demostración de que la operación ha resultado, sino de que iba ha estar sumando casi sesenta kilómetros a la semana. Otra cosa es las condiciones en las que tengo la rodilla. Me lo ha confirmado, la condropatía femoral interna, o condromalacia femoropateral, están ahí, no desaparece, ni lo hará por mucho que intente hacer al respecto.

La condromalacia femoropateral es la degeneración de la superficie del cartílago que recubre la parte interior del fémur. Este cartílago es un amortiguador natural, y ayuda a la correcta movilidad de la articulación de la rodilla, reduciendo la fricción entre el fémur, rotula y menisco. Este deterioro, o deformación,  produce un dolor sordo alrededor, y detrás, de la rótula. Es una enfermedad típica de corredores, esquiadores, etc.

El roce que me produce dicha deformación lo puedo sentir, e incluso oír, cuando corro, aunque de momento las “molestias” son perfectamente tolerable. Me dice el cirujano que tiene solución,  ya lo se: una prótesis previo pago de su importe; pero ni por asomo me metro otra vez en un quirófano, no tengo necesidad alguna; no entra en mis planes participar en las olimpiadas de Tokio. Así que la solución pasa por conservar las articulaciones en las condiciones actuales el mayor tiempo posible, y para ello me ha recomendado: condroprotección en forma de unas ampollas bebibles, que si bien no me mejorarán, si evitarán el aumento del deterioro. Esto, junto a ejercicios específicos de fortalecimiento, y a muchos mimos y cuidado por mi parte de las rodillas,  espero haga el que pueda seguir con esta actividad muchos años todavía.

 

 De momento ahí está a la vuelta de la esquina la primera media maratón despues de la operación. Despues de ella veré cual será el paso siguiente. Seguramente otra media, ya que una maratón la veo todavía lejana.

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jueves, 12 de septiembre de 2013

Madrid 2020



“No hay que vender la piel del osa antes de cazarlo”, reza un refrán español, y a nosotros nos lo habían vendido hace ya tiempo. No se muy bien si es por que somos demasiado ingenuos, o es porque es lo único que saben hacer nuestros desestimados dirigentes, el caso que los juegos olímpicos del dos mil veinte ya los paladeábamos: A los que nos gusta el deporte quizás podríamos asistir a alguna de la pruebas; se crearían puestos de trabajo; los hoteles llenos; las constructoras subiendo el bolsa; y los políticos, a lo de siempre, frotándose las manos pensando en los “caramelos” que recibirían.

¿Pero que ha pasado? ¿Por que nuestro proyecto olímpico ha sido eliminado si era el “mejor” de todos? ¿Quién tiene la culpa del fracaso? Y lo más importante para los tiempos que corre, ¿Cuánto nos ha costado la candidatura?

Según la prensa nacional, se han tirada cuatro millones trescientos mil euros en esta candidatura olímpica Madrid 2020. Cifra, al parecer cortita, ya que ya habían gastado treinta y siete millones ochocientos mil euros en las candidaturas olímpicas de 2012 y 2016, lo que hace un total de cuarenta y dos millones. Los mismos que se han tirado. Eso sin contar los estadios y la villa olímpica, cuyo costes ascienden a más de mil seiscientos millones.   
Ya lo apuntaba un periodista extranjero en la rueda de prensa posterior a la presentación: “¿Un país con el 27 % de paro se puede permitir el organizar unas olimpiadas?”  Pregunta que quedó sin respuesta, ya que la señora alcaldesa de Madrid salió por peteneras, no por sus dotes como política, sino por su desconocimiento de la lengua de Sir Arthur Conan Doyle, cosa que demostró sobradamente.
Seamos realistas, la imagen que se tienen de España, fuera de nuestras fronteras, es muy distinta de la que quisiéramos. Se nos tiene por un país de  corruptos: la monarquía, el gobierno y el partido que lo sustenta, la oposición política, los jueces, los bancos. Si además le sumamos la permisividad con el dopaje, que dicen siempre hemos tenido, hacen un cóctel, lo suficientemente mal oliente, como para mirar hacia otro lado a la hora de conceder los juegos. Sin olvidar que las dos competidoras en la carrera por los juegos olímpicos eran muy serias y capaces, claro.
De lo que no tengo ninguna duda es que las personas encargadas de “vender” la marca Madrid Olímpica, no eran las más idóneas. Tenemos meritos deportivos más que sobrados, la ciudad con el ochenta por ciento de las obras terminadas, tanto en comunicación como en hoteles e instalaciones deportivas, el país entero apoyando la candidatura ¿y nos echan a la primera? Señores gestores, no valen un duro como tales. Además, si no les funciona el marketing, no olviden que los señores del COI son más políticos que deportistas, y posiblemente entiendan mejor otras, digamos “razones”, así que lo que tenían que haber hecho es mandarles nuestras “razones”, en sobres cerrados a sus despachos, con una nota que dijera: “El próximo cuando salgamos elegidos”.

 
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Oye¿No habrá sido por la ropa deportiva que íbamos a llevar...?




jueves, 5 de septiembre de 2013

Ya sólo queda un mes.



Antonio, Bori, Paco y Yo. Media de Córdoba 2011

      Pues ya sólo queda un mes, y sigo sin poder acercarme al ritmo pretendido para la media maratón. La idea era acercarme lo máximo posible a 1:45; esto es, a 5 minutos el kilómetro, pero ni la velocidad de las pocas series que hago (más bien cambios de ritmo), ni las tiradas largas; que aún son cortas, me indican que pueda acercarme a ese tiempo. Eso sin contar con que la mayoría de los entrenos en los que he intentado mantener el ritmo de 5 minutos me he tenido que parar, y con que las tiradas largas, que deberían rondar por los 18-20 kilómetros progresivos, se están quedando en 16 kilómetros en más de hora y media, donde la progresión es inversa.

    Ahora toca ser realistas, e intentar, simplemente, conseguir volver a la distancia de la prueba; independientemente del tiempo que realice. Las molestias de rodillas y pie van y vienen, así que me queda poco margen para las tiradas de calidad, por lo que los entrenos se van a limitar a salidas buscando un ritmo constante, y soportable, durante todos los kilómetros que toquen. Dejaré las cuestas y series, y el día de calidad se convertirá en una salida con cambios de ritmos, siempre que no haya molestias. A lo que no renunciaré es a completar los kilómetros semanales previstos, ni a la tirada larga, que intentaré que sea por encima de los 16 kilómetros. Total: cuatro días semanales de carrera, y un día de piscina por no descuidar la condición física general en este mes.

     Ya habrá tiempo de preparar una media maratón más adelante. Lo importante, en este caso, no es el correr, aunque así pueda parecer, lo importante es el reencuentro. La carrera es totalmente secundaria. Ya sólo queda un mes, para volver a estar los cuatro juntos.


Sin ellas no tendría sentido el correr.
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sábado, 31 de agosto de 2013

Geles para deportistas



 

Estimada Ana, espero que al recibo de la presente te encuentres bien, yo bien, gracias. 

El motivo de esta es para comentarte mi experiencia, y pedirte consejo, sobre los geles para corredores, ya que mi experiencia reciente al respecto con los mismo no ha sido, digamos, la misma que a ti.

Ana María tras coronar el Veleta
Resulta que  leo en tu  “caralibro” (Facebook), que has empezado a hacer tiradas de veintitantos kilómetros, apenas veinte días después de haber coronado con éxito una de las pruebas más duras que existen, la subida al Veleta (La carrera más dura del mundo y la más alta de Europa), lo que me ha dejado perplejo. ¿Pleno mes de agosto, cincuenta kilómetros cuesta arriba, a altitudes donde el oxigeno escasea… y veinte días después te estás calzando tiradas de veinticuatro kilómetros? Y yo arrastrándome para poder completar doce. Comentas que a mitad de recorrido usabas un gel, y que notas menos fatiga, menos cansancio. Animado  por lo que comentas en tu entrada, decidí usar alguno de estos geles específicos. Dicho y hecho. 

Si bien es cierto que al principio sentí cierta mejoría en la carrera, el efecto fue demasiado fugaz: apenas una sensación inicial de  “frescor”; e inmediatamente todo fueron malas sensaciones, hasta el punto que tuve que  parar.

Quizás fuera por no saber usar dichos geles, o la marca no era buena, o quizás  porque hay que mezclarlo con abundante agua, o sin ninguna. Son dudas que quiero me aclares. También me incomodó el tener que cargarlo todo el tiempo hasta su utilización, tanto el gel como el agua. Igualmente quisiera que me aclararas si hay que parar para usarlo. Yo lo hice sin dejar de correr, bajando el ritmo un poco, y vertiéndolo previamente en la mano. Aunque al final, como ya he dicho, me tuve que parar, no aguantaba el escozor. 

Me imagino que al tener tú una larga melena, no tendrás ese problema. Yo en cambio, al  tener poquito pelo… (algunos dirían que ninguno). El caso es que en cuanto me puse el gel en la cocorota: entre el sudor, el ir corriendo, y el que no tengo pelo que aguante la espuma, esta me caía frente abajo hasta los ojos. Así que, con los ojos totalmente irritados, me paré y tiré para mi casa. 

La única ventaja que puede comprobar es que, ya en casa, sólo enjuagar y secar. Así que tú me dirás como leches se utilizan los geles deportivos, porque a mí no me funcionan.

No quiero finalizar sin antes felicitarte por haber finalizado esa durísima prueba.

Sin otro particular. Recibe un cordial saludo.

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Pd. Por si te saca de alguna duda, la marca utilizada fue: Dove Men Sport. Saca la roña que es un gusto, pero energías, no da ninguna.







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