jueves, 26 de mayo de 2016

Competiciones a precio de oro




Se está poniendo las competiciones que vamos a tener que hacer horas extras para poder participar.
Cross de los bomberos 2008


J.B.
Tengo un compi, allende los mares, que no corre salvo que le paguen a él; bueno eso dice, aunque se dé buena tinta que más de una carrerita se la ha tenido que costear, léase Cártama. Se está cerrando tanto el círculo que ni, allende los mares, se podrá correr de “valvulina”. 


Y es que ya no basta con prepararlas durante cuatro mesecillos, ahora hay que ahorrar también durante ese tiempo para pagarlas. La última que he corrido, la maratón de Madrid, han sido 85 reales de vellón. Hace algunos años tampoco es que fuese barato, pero menos de la mitad, y además  lo disfrazaban con una buena bolsa del corredor: varias camisetas técnicas, pantalón corto, y alguna sudadera; acompañado de algún que otro cachivache,  alimentos para corredores, liquido, etc., etc., etc.; en esta última: una camiseta, y una felpa para el pelo (manda cojones, con el flequillo que tengo yo). En la llegada en meta: una bolsa con fruta y agua, y… para de contar.


Llegada cross 2008
La primera que quiero correr la próxima temporada, en septiembre, es el 1º Trail Ciudad de Málaga, una prueba de 30 kilómetros por el parque natural de los montes de Málaga. Pues nada, de entrada 35 euros del ala el que quiera participar. Mucho me temo, que unido a la dureza del terreno, hará poco atractiva la prueba para la mayoría de los nuevos corredores que están entrando ahora en este mundillo. Pocos inscritos hay a la fecha. Ya veremos si no dura lo de la anterior subida a los montes; creo que fueron tres años.


Personalmente creo que están aprovechando el tirón que está teniendo el running por todos lados, para hacer negocio con las pruebas; que, aunque ya lo hacían, ahora se trata de dar el “pelotazo”, trincar la pasta, y si te vi no me acuerdo;  como todo lo que hacen en este país nuestro. Vamos, que no se si alegrarme de que esté en auge la carrera como deporte de masas. Bueno, sí que me alegro. Por lo menos estamos disfrutando de las retrasmisiones de las prueba todos los fines de semana por…. los cojo&%ªÇ; hasta ahí podían llegar.



Pues nada, lo dicho, a buscar un par de trabajos más, de esos que tantos, y tan bien pagados, abundan por esta tierra; a ver si en un añito consigo para pagar el Mapoma del próximo año.



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lunes, 2 de mayo de 2016

Maratón de Madrid 2016



Prueba superada. No en el tiempo previsto, que era 3:40, sino nueve minutos más: 3:48:59. Y es que Madrid la tengo aquí,atravesada en la garganta.

Mira que había gente en la salida
Algunas cifras sobre la carrera: 33.611 corredores tomamos la salida, de los cuales más de 15.000 éramos los que correríamos la maratón, el resto se dividían en los que completarían los 10 kilómetros, y los que hacían la media maratón.  Fuimos 10.364 los que pudimos finalizar la distancia de 42 kilómetros 195 metros. Siendo el primero Giuseppe del Priore en 2:33:57, y el último Tammy Crema en 6:20:24.

Sufriendo...sólo un poquito
A las nueve menos veinte ya había calentado algo y me dirigí a mi cajón de salida. Como un reloj, a las nueve en punto, pistoletazos de salida y Castellana arriba. Demasiada gente corriendo juntas, aun teniendo distintos cajones de salida, se formó una pelotera que no os quiero contar. Prácticamente sin poder coger ritmo hasta el kilómetro ocho, donde ya me puse por debajo de cinco minutos. El recorrido del maratón de Madrid es el típico rompe piernas, con el agravante, por lo menos para mí, de que desde el kilómetro 29,5 hasta el 40, todo pica hacia arriba; con un par de pendientes que ni en los montes (ahí me he “pasao”). El caso es que pude mantener un ritmo entre 4:30 y 4:50 desde el kilómetro 8 al 29, donde ya, viendo lo que se avecinaba: la pendiente, el cansancio, el calor que aumentaba, y un poco el miedo a repetir las sensaciones que sufrí en el último Mapoma, decidí regular y bajar el ritmo para retrasar el temible “tío del mazo” lo más posible. Es increíble la cantidad de abandonos que hay entre esos kilómetros. Había zonas (generalmente cuesta muy empinadas) donde había más gente parada, o andado, que corriendo.

Llegando a meta
El caso es que pude disfrutar (lo de disfrutar es un decir, más bien estuve consciente de todo en cada momento) desde el kilómetro 30 al 40. Fue ahí, en el kilómetro 40, justo cuando empezó la cuesta hacia abajo para enfilar el Retiro donde estaba la meta, donde me dio “el tío del mazo”. Fueron dos kilómetros ciento noventa y cinco metros con calambres, dolor de cintura, piernas, talón, y las rodillas inflamándose. No me paré, aunque la cabeza insistía en ello, no le hice caso. No pude pararme al pasar meta: temía que si lo hacía se me bloquearía por completo los gemelos y los isquiotibiales, eran un puro calambre. Así que me fui andando hasta la salida del Retiro, sin estirar, esperando que fueran  disminuyendo el dolor.

Estirando a duras penas
Tardé más de media hora en poder estirar, y aun así había músculos que no los puede estirar hasta que llegué al hotel, casi una hora después de mi entrada en meta.

En fin, para el que haya corrido una maratón ya sabe lo que se  llega a sufrir en esta prueba. Y el que nunca la ha corrido… por mucho que explique no se pueden aproximar a lo que se llega a sentir, ni por el dolor, ni por la satisfacción tan inmensa al cruzar la meta. Cuando lo hice, lo único que quería era abrazar, y besar, a mi compañera. Es a ella a la que le dedico esto. Es a ella a la que doy las gracias: por aguantar mis cuatro meses de entrenos interminables,  mis nervios y malos humores… y porque al final de cada maratón, como siempre, está ahí.

Con mi compi
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