domingo, 31 de agosto de 2014

Correr pone a punto tu salud.



El deporte popular al que más aficionados se suman últimamente solo requiere dos piernas en buen funcionamiento y una mente. Estos son algunos de los beneficios que aporta correr:


Correr quema grasas.

El radiólogo alemán Uwe Schütz usó imágenes por resonancia magnética para realizar un seguimiento a los participantes de una ultramaratón , realizando pruebas a lo largo de los dos meses de carrera que duró la misma. En ese tiempo los corredores perdieron el 5,4% de su volumen corporal. El primer tejido afectado fue la grasa visceral, que es la más perjudicial para la salud, aunque también se redujo la musculatura.

Activos y longevos.

Una reciente investigación impulsada por el Consorcio de Cohortes del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., demuestra que la actividad física nos permite huir de la guadaña. En concreto, el informe, publicado en Plos Medicine, establece que las personas que realizan algún ejercicio físico de forma moderada, como correr, prolongan su esperanza de vida entre 3,4 y 4,5 años.


Saciados.

Que correr abre el apetito es una leyenda urbana.Diversos estudios científicos revelan que practicar este ejercicio aumenta nuestra sensibilidad a la leptina, una hormona que liberan las células grasas y que porta un mensaje claro y directo para nuestro cerebro: ¡ha llegado el momento de dejar de comer! De hecho, cuando por nuestras venas circula leptina en abundancia, disminuye sensiblemente el placer que sentimos con cada bocado.


Más energía mental.

Quemar el asfalto tiene un curioso efecto en las neuronas: aumenta el número de mitocondrias, los orgánulos que aportan energía a las células. Esto implica que practicar deporte reduce el cansancio mental, según revela un estudio de la Universidad de Carolina del Sur.


Con música rindes más.

Tanto si te gusta el rock como si prefieres el pop o el hip hop, escuchar tus canciones favoritas cuando te lanzas a correr mejorará tu rendimiento físico. Además, reducirás la percepción del esfuerzo durante el entrenamiento, según estudio realizado por la sicóloga Alexandra Lamont, de la universidad de Keele (U.K.).


¿Y si nos descalzamos?

En 1960, el etíope Abebe Bikila batió el récord mundial en el maratón de los Juegos de Roma sin llevar calzado. Desde entonces se debate si es mejor correr descalzos o con zapatillas de deporte. Expertos de la Universidad de Calgary, en Canadá, han concluidos en Footwear Science que apenas existen diferencias. La elección depende de gustos personales, pues ni el rendimiento aumenta ni las lesiones disminuyen de una forma y otra.


Contra la depresión.

Cuando corremos mejoramos nuestro estado de ánimo. Es la conclusión a la que llegaron Ronald Duman y sus colegas de la Universidad de Yale, en EE.UU., tras comparar la actividad cerebral de ratones sedentarios con la de otros congéneres que pasaban horas trotando en una rueda.  Unos análisis genéticos mostraron que la acción del gen que codifica la VGF, una molécula con efecto antidepresivo, era muy elevada en los animales que practicaban ejercicio.



Aunque, Marcha atrás es mejor.

Una investigación publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences afirma que corriendo hacia atrás quemamos el doble de calorías y mejoramos nuestro equilibrio. Además, golpeamos el suelo con más suavidad, y necesitamos un 30% más de energía, lo que hace que las lesiones de rodillas se reduzcan si corremos hacia atrás.



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Artículo publicado en la revista Muy Interesante.

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