Quiromasaje

Estoy un poco perdido por estos lares, y es que acabo de sumar otro nueva “tarea” a las muchas que tengo. Me he matriculado en un curso de quiromasajista. Es uno de los aspecto de este mundillo que aún no había tocado, y si “sufrido”. La curiosidad,  y mi manía de profundizar en todo lo que hago, me han llevado a ello. 

 Este tipo de conocimientos no basta con estudiarlo por uno mismo, es necesario entrar en un centro donde te enseñen convenientemente. No son técnicas que pueda uno bajarse de la red, o leer en un manual y repetirlas. Además, para poder ejercer como masajista, o quiromasajista, hay que estar titulado, claro. El caso es que, además de los entrenos, el trabajo, y demás obligaciones, ahora se suman las clases, y las prácticas. En este caso, la familia agradece que manden “deberes” a casa. El caso  es que estoy de tiempo justillo, aunque intentaré, como es el caso, mantener una entrada semanal.

El curso en cuestión está dividido en tres bloques: Masaje vital y de relajación, masaje terapéutico y de lesiones, y masaje deportivo. Tiene de bueno que al  aprobar cada bloque, puedes ir trabajando la materia aprobada  mientras sigues estudiando el siguiente bloque; y de malo que el que más me interesa es el último, el cual no comenzaré hasta después del verano. Completaré la formación con un seminario de Vendaje Neuromuscular, aunque este no lo podré realizar hasta no tener la titulación de quiromasajista. 

Así que ya veis, de vuelta al cole. Por cierto, el primer día de clase me encontré con la grata sorpresa de que Ana, una compañera del Club, y excelente atleta,  también está matriculada; así que en el recreo ya tengo quien me defienda si se mete alguien conmigo.

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