lunes, 10 de febrero de 2014

Corriendo bajo la lluvia



Que sensación. Vuelve la lluvia, y lejos de dejarme encerrado en casa, se convierte en un aliciente más para salir a correr. Correr bajo la lluvia tiene un encanto especial para mí. 

Tocaban doce kilómetros a ritmo controlado, y siempre me cuesta arrancar: Buscar el momento exacto de salir, me cuesta si no lo tengo “encajado” en la maraña de actividades previas a ir al trabajar. Pero llovía, y el recordar la sensación de libertad que siento cuando me acompaña la lluvia en los entrenos me arranca del sillón.

Tiene un encanto especial. La sensación de cada zancada se amplifica bajo la lluvia. Sentir el agua en la cara te despierta todos los sentidos. Mantengo el ritmo programado (4´55´´- 4´50´´) con facilidad, pero necesito salir de la ciudad, así que me dirijo hacia la Concepción. El terreno es más exigente, pero merece la pena alejarse de los edificios, el tráfico y la gente.

La lluvia produce una limpieza natural en el medio en que nos movemos. Los olores son distintos, más intensos. Pasan los kilómetros y sólo oigo como suena la tierra mojada bajo mis zapatillas. Esquivo un charco, pero sólo para caer de pleno en otro. El ritmo no baja, incluso podría apretar algo más, pero no disfrutaría tanto del aguacero que me acompaña todo el camino. 

Los colores del campo se han vuelto intensos. El aire limpio me deja ver el verde intenso de los pinos, y las flores blancas de los almendros que salpican todo el camino que lleva a la presa de El  Limonero. Desde arriba veo como las nubes se abren sobre el mar, aunque aquí el aguacero arrecia, y yo aprieto el ritmo de vuelta a casa.

En diez minutos estoy quitándome el barro que tengo acumulado en los gemelos. Las zapatillas, con las plantillas quitadas, las dejo llenas de papel de periódico para que sequen. El agua caliente de la ducha me hace revivir todo de nuevo.

,,!,,


 

2 comentarios:

  1. Me siento muy identificado con tu entrada dedicada a la lluvia, raros somos los corredores que no les gusten correr bajo ella. Yo lo hice el domingo, pero era un chiribiri lo que caía, con su encanto. Un abrazo

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  2. Coincido con Paco, también. Y la descripción que haces de la naturaleza en esos momentos de lluvia, es preciosa. Saluditos, Manolo Morales

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