viernes, 24 de mayo de 2013

Ya están aquí las sobrecargas.




Pues ya están aquí, de nuevo, las temibles lesiones. En esta ocasión es una sobrecarga, una lesión muy común, y fácil de tratar. Emilio, el fisio que me trata desde la operación, tras hacer las pruebas pertinentes, a descarta cualquier otra patología, así que despues del susto inicial, me quedo más tranquilo.  En realidad, la sobrecarga muscular no es una verdadera lesión. Es la consecuencia de someter a un músculo, o a un grupo de músculos, a un esfuerzo excesivo. Se produce por la repetición prolongada de un movimiento, debido al uso de pesos excesivos, o, como creo es mi caso, por ambos motivos. Se percibe como un dolor muscular difuso, pesadez, y falta de velocidad en los movimientos. Suele producirse a comienzo de temporada, o al añadir nuevos ejercicios. Lo peor de esta lesión, no son sus síntomas, sino que es la antesala (el aviso) de  lesiones muscular verdaderas.

Mapoma 2010. Participantes del Club Playas de Malaga.

Desde que me operé de la rodilla no he parado de hacer ejercicio. Al principio solo isométricos y algo de piscina, pero conforme me he ido recuperando, y el cirujano me lo ha ido recomendando, he incorporado bici, carrera y ejercicios con pesas para fortalecer los músculos de la pierna operada. Bueno, la verdad que la musculatura se ha perdido mucho en ambas piernas, y ya sabemos que: se pierden en un mes, y se tarda en  recuperar años. El caso es que muchas veces por el ansia de recuperarme  lo antes posible, fuerza uno, antes de lo debido, la maquinaria; y lo que debiera estar haciendo dentro de dos o tres meses lo estoy realizando ahora. Hablo de potenciación, no de aeróbico. Esto último lo tengo meridianamente claro. La evolución en la carrera no me es desconocida, todo lo contrario. Muchos años ya en esto.

El tratamiento de la sobrecarga es muy simple: estiramiento de la zona afectada, masaje descontracturante, incluso con alguna pomada antiinflamatoria, y reposo de la actividad deportiva durante unos días. En la mayoría de los casos,  se suele “arreglar” con una visita al fisio para descargar la tensión muscular, y dos días de descanso. Aunque la mejor medicina, como en todo en la vida, es prevenir, y nada más fácil. Todos los corredores sabemos como se evitan: calentar bien, y estirar antes y despues de cada entrenamiento, y, sobre todo, adecuar los entrenamientos a la condición física que tenemos en cada momento. Esto último es algo más difícil si el entrenador que tenemos somos nosotros mismos.

Así que ahora toca una par de sesiones de fisioterapia para descargar bien la tensión de los  músculos. Una semanita sin correr, y dos sin hacer pesas; y… de vuelta a los ruedos.


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