sábado, 9 de mayo de 2015

Hasta el sentido


Con los compis de condición física

Hasta el sentido me duele hoy. Además de tener agujetas hasta en el cielo de la boca.

Con esto de que los entrenos los hago conforme puedo y se me apetece, el viernes por la mañana me subí hasta los perros  aprovechando que hacía un día estupendo: solecito y algo de brisa fresquita; así que tiré para arriba. En total, unos quince kilómetros de cuestas, a un ritmo tranquilo. (Tres kilómetros más arriba de la venta del Túnel, hay una casa donde tienen cuatro o cinco perritos suelto, la verdad es que nunca me ha dado tiempo a contarlo;  y que cada vez que se acerca uno por allí saltan la valla, por lo que no solemos pasar de ahí. La madre que los parió. A los dueños, claro).

Luis. Los dos acabamos la carrera de El Corte Inglés
Hasta aquí todo bien, con las piernas algo resentida y cansadas, pero bien. El caso es que a primera hora de la tarde me llama mi amigo Luis para “invitarme” a ir con él a jugar a bádminton. Hace unos cinco años estaba apuntado en el pabellón de Ciudad Jardín, y además de correr, daba clases de condición física tres veces por semana, de ellas, las de los viernes, la dedicábamos a jugar al bádminton. No es que me guste, todo lo contrario, los juegos de raquetas son los deportes que menos me gustan, pero era una forma de compartir deporte con más gente, ya sabéis, la carrera es muy solitaria. El caso es que me apetecía recordar aquellos tiempos, y aprovechar a saludar a mis antiguos compañeros de clase; así que busque la raqueta y me planté en la puerta del pabellón para “colarme” a las clases.


Es un deporte rapidísimo que requiere mucha concentración.


Tras los saludos a la profe y a los compañeros nos montamos dos redes y nos pusimos a jugar. Cuando terminó la hora la profe nos dijo que si queríamos, podíamos continuar en la otra hora… ¿Por qué no? Así que me pegué dos horitas de bádminton.

Pues eso, que me duelen las rodillas, tobillos, cadera, el antebrazo, los hombros, las pestañas, etc., etc., etc.

Y es que, si bien esto lo hacía tres veces por semana, me refiero a salir a correr lo que tocara y luego irme a condición física; también es cierto que la falta de costumbre, y los años pasados, no perdona. Así que ya me guardaré otra vez de doblar entreno; y si lo hago nada de deportes de pegar saltitos. ¡Ay señor, que mayor está uno! ,,!,,

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