Como
dije en la entrada anterior, las sobrecargas son la antesala de una lesión si
no se trata a tiempo. Hasta que no nos duele algo de verdad no paramos. Y hablo
en plural porque creo que a todos nos pasa, y cuando digo a todos me refiero a
los que andamos metido en esto de la carrera. No se si en otros círculos se maneja
tanto empeño por continuar en la “tarea” pese ha notar los primeros síntomas de
un problema que se puede solucionar, sencillamente, parando la actividad unos
días. En este “mundillo”, no paramos hasta que el pie lo llevas arrastrando, y aun así, tiene que doler mucho
para parar.
Pues eso, que la sobrecarga ha desembocado en
un esguince de ligamentos laterales de la rodilla. Por suerte no es muy
intenso, por lo que con un parón de una semanita, esta vez total de práctica deportiva, léase: ni correr, ni nadar,
ni bicicleta, mas los cuatro días que llevo
sin correr; y unas cuantas visitas al fisioterapeuta, quedará solucionado el
problema, o eso espero. Además de unos ejercicios de fortalecimiento muy específicos; no
pueden requerir los músculos y ligamentos laterales.
Emilio Azuaga |
Luego
vendrá el volver al deporte de forma gradual y progresiva. Pues si parar de
correr es difícil, lo de volver “despacito”, ni te cuento. A los tres días de estar
trotando, y si no te duele nada, estás
marcando ritmos. Y que al primer día de volver no te adelante el “matao” que
siempre va pisando huevos. Creo que nos pasa a todos. Tengo un amigo, Emilio Azuaya, que le gusta
entrenar por los montes, o por carreteras con cuesta pronunciadas. Puede ir
agotado, reventado, arrastrándose cuesta arriba, que como le adelante un
ciclista, va a por él. Oye, y lo alcanza, seguro; y no sólo eso, sino que llega
antes que él a lo alto de la cuesta, por muy larga y pronunciada que sea. Se
pica con su sombra el puñetero.
Como
dice el refrán: “Mal de muchos consuelo de tontos”. Así que haré lo que todos
hacemos. Empezaré tranquilito, oyendo al
cuerpo. Sin prisas, sin mirar a nadie; sólo disfrutando del paisaje, del Sol. Hasta
que…. “que leches, ya he descansado bastante, y las patitas están pidiendo caña.
Voy a dar sólo un par de vueltas a cinco minutillos. Bueno, y la última a
cuatro cincuenta, o cuarenta”… Como nos pasa a todos.
,,!,,
En Villanueva del Rosario |
Ánimo con esa recuperación y utiliza el sentido común en tu regreso. Si te sirve, lo que suelo hacer yo cuando las piernas me piden guerra es pensar en los días en que no podía entrenar. Ese pensamiento me sirve hasta para que me adelante mi abuela y así no recaer en el intento. Saludos.
ResponderEliminarLa verdad que todo sirve. En este mundillo no hay nada que sea exacto y matemático, y cada una de las experiencias suma. Es un conocimiento más a añadir a cada uno.
EliminarGracias por compartir tu experiencia en este blog, y por seguirlo.
Un Saludos.
Es cierto Antonio todo lo que cuentas y lo del amigo Emilio lo confirmo con rotundidad. Un abrazo
ResponderEliminar//..
Pues si, un día de estos habrá que hablar largo y tendido de don Emilio Azuaga, Paco.
EliminarUn abrazo.
Es verdad lo que dices y nos pasa a todos, no damos importancia a esos dolorcillos y no paramos hasta que algo no se rompe, yo fui tan bestia que seguí corriendo esguinzado y como estaba el pie caliente me dolía poquito Aaayyyy después cuando se enfrió y estuve casi 20 días sin correr, como los sufrí!! Luego padecí dos contracturas (casi desgarro) y la segunda por no dejar recuperar bien...Bueno, espero que tu recuperación sea pronto y vuelvas a la intensidad lo lento que tu cuerpo necesite, ya que nuestra mente nos traiciona a veces...
ResponderEliminarPD. muy bueno el blog y un Abrazo fuerte desde Argentina
Gracias por tu comentario, y por compartir con migo, con todos, tú experiencia. En este mundillo todo suma; lo que te pasa a ti, a mí, a cualquiera, puede ser la base para que un tercero evite caer en un error.
EliminarEs gratificante comprobar como el mundo de la carrera, es eso, "el mundo"; y las fronteras imaginarias creadas por intereses, digamos varios, que forman las regiones, países, continentes; no existen para el corredor. Nos entendemos, pensamos, padecemos, y disfrutamos lo mismo, vivamos en la vieja Europa, o en el nuevo Mundo.
Un abrazo para ti desde este rinconcito de nuestro planeta.
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