La
Soledad del Corredor.
(Vista,
quizás, con un poquito de ironía y sarcasmo.)
Pues si, y me he dado cuenta en tuda su magnitud el
pasado día 9 de diciembre, aquí, en mi ciudad, en Málaga.
Mi amigo JB. Maratón de Málaga 2012 |
Llevo practicándolo
seriamente este deporte desde hace ya
más de diez años, y ya tenía sospechas de ello, de la soledad del corredor,
desde hace tiempo, pero este día que comento lo he visto y sentido en toda su
magnitud, y eso que no corría.
Bajé al centro de Málaga, entre otras cosas, a
animar a amigos y compañeros del club que participaban en la tercera edición de
la maratón ciudad de Málaga. Elegí un paso tranquilo (no fuera que el
público me impidiera verlos pasar) y peatonal en pleno
centro de la capital para ver pasar a los corredores, concretamente calle Alemania. La calle, para
el que no la conozca, puede tener alrededor de cuatrocientos metros, suficiente para tener buena perspectiva de los corredores. A lo largo de la misma podía haber animando y aplaudiendo, yo calculo,
así, a grosso modo unas… dos persona, más o menos, tampoco quiero exagerar: mi
mujer y yo. Tuvimos suerte, ya que de
los pocos transeúntes que había ninguno se paró a animar, así que podíamos oír
perfectamente la respiración, el golpe de las zapatillas contra el suelo. El
silencio, sólo roto por cuatro manos aplaudiendo y algunas palabras de
aliento, no desdibujaban la soledad que imagino sentían en ese momento los
corredores, como seguramente sentían tambien a lo largo de los cuarenta y dos mil
ciento noventa y cinco metros. Que respeto hacia el sufrimiento, hacia el
esfuerzo, hacia la soledad del corredor. ¡Que tomen nota las cofradías de la Semana Santa!
Por las fotos que vi a
posteriori, comprobé que en el estadio también existía esa tónica que había por
las calles hacia el corredor. Un gran ejemplo para todos.
Aunque volví más que satisfecho, tengo algo que criticar a quien proceda.
Creo ha habido un derroche en la construcción del
estadio. Yo creo que con unas gradas como las de la foto de la derecha (bueno, un par de ellas por si le da por correr a algún jugador del FB.Barcelona) tendríamos más que
suficiente, y así el dinero empleado en cemento lo podrían haber dedicado a
cosas más productivas para el deporte, como por ejemplo en cigalas para los
organizadores de la maratón, que el esfuerzo que han hecho en el evento se lo merece, si señor.