lunes, 28 de diciembre de 2015

Media Maratón de Córdoba 2015. 1ª



Amanece en la Judería. Algo de nubes, apenas siete grados, y una brisa suave  mantiene limpio el aire de la mañana. Me dirijo junto a mis incondicionales hacia la salida de la carrera. Como tengo entrada reservada en el cajón 4, por ser federado, me entretengo calentando unos kilómetros antes de dirigirme a la salida. 


Vaya chasco: diez minutos antes de las 10:00, hora prevista de salida de la carrera, me dirijo al “cajón 4”, ¡CERRADO! El “5” también, y el  “6”, y el “7”… total, que de salir con doscientos o trescientos corredores delante,  tuve que entrar por el final del todo y salir con ocho mil “corredores” cerrando el paso. Fíjate tú para lo que me ha servido estar federado. Tampoco es el fin del mundo. Total, tengo previsto hacer un tiempo de 1:45; a poco que apriete a partir del kilómetro siete u ocho, creo, lo tengo; Así que no me preocupo… en exceso.


Salida a la hora prevista. El planteamiento que me hago en ese momento es hacer una carrera progresiva, así que me paso los primeros kilómetro disfrutando del paisaje, los chascarrillos de los que tengo alrededor, y esquivando a los que van “a terminarla”. En el kilómetro tres consigo coger al globo que marca el ritmo de las dos horas, y puedo ya ir marcando un ritmo de  cinco minutos el kilómetro, aunque a esa altura todavía tengo que ir esquivando al personal para mantener el ritmo. Lo que no veo el globero que marca “1:50”. Tras el avituallamiento que hay en el kilómetro cinco, veo a lo lejos el “globito” de una hora y cincuenta, y acordándome de Chiquito del la Calzá: ¡Al ataqueeeel! A esa altura de la carrera ya voy por debajo de cinco minutos el kilómetro, y cómodo… (to be continue.)





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