“Ya son sesenta los que he
cumplido”, me decía un amigo los otros días mientras le deba un masajillo en
las patitas. “Espero llegar como estás tú”, le decía yo, y no se lo decía por
cumplir, ni mucho menos.
La cara nos delata la edad. Las arrugas, canas, la caída de pelo en algunos casos, etc. van marcando nuestro rostro e
indicando al mundo que estamos llegando a una etapa donde lo que se espera de
nosotros, en cuanto a actividad física, es que paseemos tomando el Sol.
Don Antonio Equipadisimo para subir el Veleta |
En mi faceta de masajista han
pasado ya por mis manos personas de todas las edades, desde adolescentes hasta
jubilados, y, salvo rara excepción, la musculatura, flexibilidad, vitalidad, y
claridad de mente, de un corredor, o corredora, de más de cincuenta años, incluso
de sesenta, como es el caso, no tiene nada que envidiar a la de un joven de
veintipocos. Es más, en algunos casos, como el de don Antonio, ya quisieran
algunos chavales tener su vigor muscular… y mental. Y no me refiero a la que
ahora se está poniendo de moda: esa de ir “inflamado” y “contracturado” a más
no poder, sino de una musculatura acorde con la actividad y el deporte que se
practica: fuerte, resistente, elástica, y con el volumen necesario y justo, que
demanda la corpulencia natural de cada persona; unida a la disciplina de
un entrenamiento, más o menos, exigente, dan una vitalidad palpable, no sólo a
la hora de realizar un deporte, sino en todos los aspectos de la vida
cotidiana.
Miguel, Chema, y Antonio"s". |
Hablo de Antonio, como podría hablar de
tantos amigos y compañeros que practican deporte, y que van atesorando años con calidad de vida.
A mí me quedan todavía algunos
para llegar a esos sesenta, pero espero llegar en plena forma, y poder seguir
participando, y compitiendo, en medias
maratones y maratones, tal como lo sigue haciendo él. A por ello don Antonio.
,,!,,
¡Ay, truhanes! qué bien os lo montáis. Saluditos, malandrines. jajajajaja.
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