lunes, 17 de marzo de 2014

Perros sueltos y la madre que los.....


Es habitual verlos así.

Que susto me pegué. Terminaba de subir la cuesta que va del portón de la presa del Limonero hacia el pantano del Agujero, y a la altura de de las meses que hay puestas para que la gente coma, escucho: “¡¡¡Boby, no. Para. Ven!!!” Me vuelvo y veo a Boby, un pastor alemán, con la cara desencajada, a todo trapo hacia mí. Yo no sé de donde saque las fuerzas, el caso es que me pegué un esprín cuesta arriba que ni Usain Bolt. Por más que corría, más rápido venía el perro… y los dueños: riéndose ¡Que gracia! Tuve  suerte,  se paró cuando cogí la curva que hay al final de la cuesta. Se ve que al perder de vista a los dueños perdió la confianza, o el instinto de protección del terreno, la mala leche, el instinto depredador, o lo que mierda le hiciera al perro salir a por mí.


Evidentemente no me volví para decirle a los dueños lo que pensaba de sus risitas al verme correr desesperado. Ni de coña marinera me acerco otra vez por allí; aunque sí que les dediqué, por cortesía, unos pensamientos hacia sus progenitores y todos sus ancestros. Volví por “La Tana”, la carretera que está al lado opuesto de la autovía, con la esperanza de cruzarme con la policía y avisarles del hecho. No por mí, que también, sino porque por esa carretera pasan muchos ciclista, , y si se le cruza el perro… además, tener un perro suelto, y sin bozal, en un lugar donde las familias van con chiquillos a que jueguen y pasan el día en el campo, me parece una imprudencia y una temeridad por parte de los dueños de los animales.

Creo que la mayoría de los corredores hemos sufrido alguna vez algo así. Cuenta mi  amigo Emil…,  bueno, digamos “E punto A punto” (prefiero no revelar su verdadera identidad, así que con estas iniciales bastará) una anécdota que le paso por los mismos parajes que a mí:

“Hace unas fechas, subiendo por la venta del Túnel, a “EA” (lo de “EA” es por abreviar y no poner “E punto, A punto todo el rato), como decía, a mi amigo “EA” le salieron  varios  perros, obligándolo a pegarse un buen carrerón. Al igual que a mí, los  dueños no estaban lejos, y pudo recriminárselo, aunque, por lo que cuenta, dudo que le hicieran mucho caso. Pero no terminó ahí la cosa: Poco después, llegando a una curva, a “EA” se le apareció la “Vieja de la Curva”… si, si, como os digo; se le apareció ese ser casi traslúcido y luminiscente, que espera en las curvas de las carreteras solitarias a confiados conductores, aunque  la mayoría de las veces es jovenzuela, y no abuela, como se le apareció a él. En este caso no conducía un choche,  claro,  corría; bueno, cuando la vio, volaba. 
Emil... digo, "EA" en plena curva peligrosa.


La vuelta, que suele hacerse en algo más de media hora, la hizo en doce minutos. Llegó con las rodillas temblonas, y el pelo blanco. Mi amigo Emil… digo “EA” aun es joven, pero ya, desde ese día, pinta canas. Tuvo que tomar como reconstituyente, en lugar de Aquarius, litro y medio de tila.”


Anécdotas a parte, creo que las autoridades deberían ser más estrictas en estos casos, ya que parece que los dueños no son capaces de ver el “peligro” potencial de sus mascotas. Meto a todos y que se salve quien pueda. Es normal ver los perros sueltos sin  bozal en cualquier lado;  no recuerdo la última vez que vi a un perro con bozal.  Todos los perros, según sus dueños, son muy buenos, y no muerden ¡No te preocupes, ladra pero no hace nada! Que se le digan al turista que paseaba por una playa del norte de España no hace muchas fechas, y que todos pudimos ver por televisión los resultados del  perro en sus piernas. Suerte tuvo que no le cogió el cuello cuando cayó a la arena tirado por el empellón que le dio al morderle. Si quieren tenerlo suelto para que el perro corra, ¿Qué problema hay en que lleve un bozal? ¿Acaso le impide correr? Lo único que le impide es que le pegue un bocado a alguien y se lleve una “tajá”. Claro que el problema no son los perros en sí, el problema son los dueños. Para tener una mascota, y disfrutar de ella como es debido, no basta con darle de comer y sacarla a cagar a la calle, también hay que educarlas y sacarlas con su correa y su bozal. Si no puedes mantener un trote, y correr con el sujeto, pues se va en bici; o como mínimo, su bozal, para que no sea un   peligro  para las personas que estén a su alrededor.   

¿Tan difícil es disfrutar de las mascotas con seguridad para todos?
Está visto que las “amenazas” de sanciones son inútiles. Las autoridades deberían, además de sancionar, retirarles las mascotas a las personas que no saben cuidarlas. Por el bien de los animales y de las personas.



2 comentarios:

  1. Como siempre, muy buena entrada, desde luego pienso igual que tu, deberían de ser mas serios con el asunto de los animales. Pero como en otros muchos aspectos, los dueños no son muy consecuentes con las obligaciones que implica tener un animal.

    Por otra parte, buenisimo el dibujo ajjajaja!

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