Con los compis de condición física |
Hasta el sentido me
duele hoy. Además de tener agujetas hasta en el cielo de la boca.
Con esto de que los entrenos los
hago conforme puedo y se me apetece, el viernes por la mañana me subí hasta los
perros aprovechando que hacía un día
estupendo: solecito y algo de brisa fresquita; así que tiré para arriba. En total, unos
quince kilómetros de cuestas, a un ritmo tranquilo. (Tres kilómetros más arriba
de la venta del Túnel, hay una casa donde tienen cuatro o cinco perritos
suelto, la verdad es que nunca me ha dado tiempo a contarlo; y que cada vez que se acerca uno por allí
saltan la valla, por lo que no solemos pasar de ahí. La madre que los parió. A los dueños, claro).
Luis. Los dos acabamos la carrera de El Corte Inglés |
Hasta aquí todo bien, con las
piernas algo resentida y cansadas, pero bien. El caso es que a primera hora de
la tarde me llama mi amigo Luis para “invitarme” a ir con él a jugar a bádminton.
Hace unos cinco años estaba apuntado en el pabellón de Ciudad Jardín, y además
de correr, daba clases de condición física tres veces por semana, de ellas, las
de los viernes, la dedicábamos a jugar al bádminton. No es que me guste, todo lo
contrario, los juegos de raquetas son los deportes que menos me gustan, pero
era una forma de compartir deporte con más gente, ya sabéis, la carrera es muy
solitaria. El caso es que me apetecía recordar aquellos tiempos, y aprovechar a
saludar a mis antiguos compañeros de clase; así que busque la raqueta y me
planté en la puerta del pabellón para “colarme” a las clases.
Es un deporte rapidísimo que requiere mucha concentración. |
Tras los saludos a la profe y a
los compañeros nos montamos dos redes y nos pusimos a jugar. Cuando terminó la
hora la profe nos dijo que si queríamos, podíamos continuar en la otra hora… ¿Por
qué no? Así que me pegué dos horitas de bádminton.
Pues eso, que me duelen las
rodillas, tobillos, cadera, el antebrazo, los hombros, las pestañas, etc.,
etc., etc.
Y es que, si bien esto lo hacía
tres veces por semana, me refiero a salir a correr lo que tocara y luego irme a
condición física; también es cierto que la falta de costumbre, y los años
pasados, no perdona. Así que ya me guardaré otra vez de doblar entreno; y si lo
hago nada de deportes de pegar saltitos. ¡Ay señor, que mayor está uno! ,,!,,