Ni frío que hacía. |
Son las nueve de la mañana, salgo
a la calle y el primer ser vivo que me cruzo es un grajo, y si, volando a ras
del suelo. Estamos a dos grados bajo cero, y la niebla lo cubre todo, no se ve
a cinco metros; aun así me dispongo a hacer la tirada larga. “¡Hay que tener
ganas!”, me dice la familia. Guantes, gorro, bragas para el cuello, camiseta
interior, camisa de mangas largas, y chubasquero, junto a unas mayas, y las zapas, me provocan un bochorno inaguantable dentro de casa; pero claro, no voy
a calentar en la calle. La tirada será desde la bahía de Cardiff hasta la
población cercana de Taff´s Well y vuelta, algo más de veinte kilómetros.
Preparado para salir |
Tras diez minutos de calentar
articulaciones, y estirar un poco, salgo a la calle. Son ya las diez de la
mañana y la temperatura sigue bajo cero. Además no se espera que suba mucho
más; no más de tres o cuatro grados sobre cero. Es la temperatura normar para
este mes aquí, en Cardiff.
Aquí ya levantaba la niebla. |
Salgo casi desde la bahía, para
atravesar el centro de la ciudad. Rápidamente aprendo que el agua del suelo, no es tal, es hielo;
así que el kilometro y medio que me separa de “Bute Park” lo hago pegando
patinazos cada dos por tres (seis). Ya
en el parque, y al abrigo de los árboles, la temperatura se hace más
“llevadera”. Todo el camino que voy a seguir está flanqueado por árboles, lo
que hace que no se sienta tanto el frío. Aunque tiene su lado malo: si le da
por levantar la niebla, y salir al Sol, tampoco sentiré sus efectos.
Mi más incondicional seguidora. |
Pese a que es difícil calentar la
musculatura con estas temperaturas, el ritmo que puedo marcar, casi todo el
camino, es de cinco minutos el kilómetro. Pudiendo sentirme totalmente cómodo
durante todo el recorrido. El recorrido y el ambiente deportivo que se ve invitan a disfrutar de la carrera. No paro de
cruzarme con corredores y ciclistas, algunos con apenas un pantaloncito corto y
una camisetita de mangas cortas, ¡la madre que los matriculó!, entran
escalofríos nada más recordarlo.
Pese a tener que cruzar barrios,
distintos parques y poblaciones, en ningún momento el camino se corta. No se ve
un socavón, ni un papel, ni caquitas de perros; y las plantas, el río, y los
árboles te acompañan durante todo el camino; el cual, según me comentaron,
tiene una longitud de 80 kilómetros. Lo tendré en cuenta para la próxima por si
me da por hacer una tirada de ciento sesenta kilómetros, o así. Pero esta me
conformo con lo previsto en mi “plan para la Media de Málaga”: Han sido 21
kilómetros a ritmo progresivo.
Salud y kilómetros |
Destacar que apenas cinco kilómetros
de mi punto de partida levantó la niebla y salió el Sol (¿y ahora “pá que leche
te quiero”?), así que mi paso por el centro de la ciudad fue más “seguro”: el
agua era agua, no hielo. Termino el recorrido donde lo empecé, y con mi mente
puesta en la recuperación posterior a la tirada… en el O'Neill's, con una Guinness y una
hamburguesa que no se la saltaba un galgo. Y lo mejor, claro está, junto a la
familia.
Si queréis ver el recorrido y la
tirada:
,,!,,
Pd. Todo muy bonito, muy limpio,
y muy curiosito; pero donde esté mis tiradas por la playa, y su mediterráneo,
no se pone nada.